Dormir bien es esencial para tener bienestar y salud. Por el contrario, una mala calidad del sueño puede derivarse en problemas en el día a día. Según la Sociedad Española del Sueño (SES), existen unos 100 trastornos del sueño, la mayoría de ellos tratables si nos ponemos en manos de un especialista.
Hoy vamos a hablar de uno de ellos: el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAHS). Según la Asociación Española del Sueño (ASENARCO) un 4% de la población española sufre este trastorno, que consiste en dejar de respirar intermitentemente durante el sueño, debido al bloqueo de las vías aéreas.

Una de las consecuencias más significativas de la apnea es la fragmentación del sueño: cada vez que se produce una apnea, ésta finaliza con un microdespertar de escasos segundos de duración, inferior al tiempo necesario para que por la mañana lo recordemos. La sucesión de estos microdespertares (al menos tantos como apneas) hace que la persona que los padece se despierte con la sensación de no haber descansado, aunque no recuerde haberse despertado durante la  noche.

Los principales síntomas del SAHS son:

  • Ronquidos fuertes que interrumpen el sueño, acompañados de pausas respiratorias o respiración entrecortada y asfixia, provocada por la falta de aire durante el sueño.
  • Dolor de cabeza y sequedad de boca al despertarse.
  • Exceso de somnolencia diurna.
  • Cambios en el estado de ánimo como son la irritabilidad, la depresión, alteraciones en el rendimiento..
  • Pérdidas de la capacidad de concentración y de memoria.

Como consecuencia de la somnolencia diurna, las personas que sufren apnea del sueño tienen un mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico (hasta 7 veces superior al de la población normal) y accidentes laborales. Además, cuando la apnea es severa, aumenta también el riesgo de padecer enfermedades como la hipertensión arterial (más del 40% de los pacientes con apnea sufren de hipertensión), la angina de pecho y los accidentes cerebro vasculares.

Por ello, si usted cree que sufre apnea del sueño es importante que solicite un estudio del sueño para obtener un diagnóstico y iniciar un tratamiento, si es necesario. Las medidas a tomar en la apnea del sueño pueden incluir cambios en el estilo de vida (disminuir el peso, evitar la ingestión de alcohol, intentar no dormir sobre la espalda…), dispositivos bucales, cirugía y aparatos para la respiración.

Fuente: Guía del sueño, ASENARCO

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