Está acercándose el gran día…

Nadie sabe qué consejos dar, cómo habrá que comportarse, cuáles serán las nuevas costumbres, si habrá muchos cambios…. 

 

Estamos hablando del día posterior, el día en que todo volverá a la “normalidad”,  el día en el que, cada uno con sus limitaciones, volveremos a salir a trabajar, a ver a los abuelos, a quedar con los amigos, a ir de vacaciones, hacer deporte y lo más necesario e imprescindible: volveremos a comprar. 

Volver a la normalidad implica ir a comprar, porque solo de esta forma podemos cubrir nuestras necesidades más esenciales: compramos para comer, para vestir, para calzarse, para cumplimentar las necesidades del hogar, las necesidades personales…

 

También es cierto que, hoy en día, con nuestra tecnología es sencillo comprar: si bien es verdad que personas que nunca habían comprado por internet, con el coronavirus se han introducido a la comodidad y en el mundo online y ahora se les ha facilitado el poder adquirir según qué productos. Pero ahora no hablamos de compras ordinarias, cuando se trata de salud y bienestar, el trato personal y próximo que se encuentra en las tiendas especializadas es incomparable a cualquier otro tipo de mercado , sea de donde sea.

 

No cabe ninguna duda que a partir del «día después» el comercio al detalle volverá a resurgir: el comercio de barrio, el comercio familiar que ilumina todos los rincones de nuestro pueblo, el comerciante que te saluda cada día por la mañana y por la tarde, el que tiene respuesta para todo, el que tendrá su espacio guardado para cada cliente -siempre siguiendo las limitaciones marcadas,  sin aglomeraciones -, el que te cogerá el teléfono para ofrecer toda la información necesaria, para solicitar una cita, para ayudar a tomar decisiones entre las posibles confusiones de tanta oferta…

El mundo que empieza en 2020 va a ser un mundo más familiar y más humano. Un mundo en el que valoraremos más esas pequeñas cosas que nos llenan.

Un mundo en el que el pequeño comercio estará más bien valorado: el comercio especialista en el que nos conocen y nos atienden siempre las mismas personas; el pequeño comercio es más fácil de gestionar de forma limpia y sana, libre de infecciones.

Estany de Banyoles. Fotografia: Roser Bramon

Estany de Banyoles. Fotografia: Roser Bramon