Una cama puede ser cómoda. Esto no es tan difícil, sólo hay que invertir un poco más para que lo sea. Ahora bien, una cama con la última tecnología puede ser inteligente, además de ser cómoda.

¿Cómo? 

Con nuestra amiga Alexa como compañera.

Para convertir nuestra cama en una ‘Smart’ solo tenemos que decirle lo que deseamos a Alexa y se lo transmite a la cama con motor. 

Una de sus muchas funcionalidades es elegir la posición: solamente debemos decir ‘Alexa, quiero tal posición’ y ella puede hacer realidad nuestros deseos.

Aplicando la tecnología básica, Alexa memoriza las posiciones deseadas solo con haberlas explicado previamente. Esto ayuda a hacernos la vida mucho más fácil. Pero, además, subiendo el grado de tecnología, puede medir las pulsaciones y la presión sanguínea mientras estamos tumbados que, al fin y al cabo, es como se aconseja que se comprueben estos parámetros.