Las enfermedades relacionadas con la circulación son las responsables de casi la mitad de las muertes que ocurren en nuestro país.

La circulación de la sangre no hace falta decir que es básica para que todo el cuerpo esté bien regado, alimentado y ventilado. Cerebro, corazón, riñones, nervios,… Todo, debe estar bien suministrado de sangre para que viva. Los tubos que llevan esta sangre, las arterias, deben estar conservados:

Si uno de estos tubos se atasca, se tapa, no llega sangre al otro lado y todo lo que debería regar se muere, se daña.
Cuando esto ocurre en el cerebro, nos referimos. Si ocurre en el corazón, tenemos un infarto de miocardio. Apoplejía e infarto son dos de las más conocidas complicaciones de esta enfermedad de la circulación.
Son causas de este atasco gradual de las arterias, entre otros, la edad, el sexo masculino, la menopausia, ser diabético y la herencia. De estas causas no podemos estresarnos y no hay que preocuparse, excepto la diabetes que tendremos que cuidar especialmente.

Pero donde sí, podremos hacer mucho, es en las causas que aceleran el atasco, pero que pueden ser modificadas y cambiadas. Éstas, vale la pena tenerlas presentes y son:

 La Hipertensión arterial.

El tabaco

El Colesterol

La obesidad

El sedentarismo (estar siempre quieto)

EnemigosCorazon

 

Las tres primeras son muy importantes y hoy en día se conoce que tratarlas correctamente rebaja el riesgo o peligro de tener un ataque de aquellos en casi un cuarenta por ciento, cifra nada despreciable y que hay que tener presente.

Es por todo ello que la medicina preventiva y los tratamientos modernos deben poder ser aplicados lo mejor posible a todos los enfermos que tengan alguno de estos factores de riesgo cardiovascular modificables; de ahí viene aquello tan sentido de cambiar los estilos de vida, controlando lo que comemos, haciendo ejercicio físico adecuado a la edad, abandonando el tabaco, y entendiendo que hay tres cosas que necesariamente necesitarán un tratamiento con medicinas para toda la vida si se quiere estar bien y que son la hipertensión, la diabetes y el colesterol cuando es heredado.
Con todo ello, la arterioesclerosis, el embolsado de los tubos de la sangre – para entendernos -, será la menor posible que la edad nos permita y quizás nos dejará vivir sin tener el corazón enfermo ni pensar que nos podemos herir.
Casi la mitad de la población del país puede tener hipertensión. Uno de cada diez diabetes. Uno de cada cinco tendrá niveles elevados de colesterol. Todo esto indica la necesidad de acudir al médico al menos alguna vez para conocer si nosotros somos uno de estos y saber con qué riesgo vivimos. ánimo; haz prevención!