En Dormitum nuestro deber y nuestra vocación es ofrecerles la mejor información y los mejores servicios para que puedan disfrutar del mejor descanso posible.

La mayoría de los casos, damos tanta importancia a la elección de un buen colchón que nos olvidamos que dormir en una buena almohada también repercute en nuestra salud. Como bien sabemos almohada y colchón son complementos indispensables para lograr un descanso óptimo. Metafóricamente podríamos considerarlos como la pareja del sueño ya que almohada y colchón deben complementarse para que en un futuro no suframos lesiones de espalda o bien musculares. Así que deben tener un equilibrio de durezas, no es recomendable dormir en un colchón muy duro con una almohada muy fina o a la inversa.

Al igual que con los colchones las almohadas deben transpirar, ya que pueden llegar a convertirse en una fuente de hongos, bacterias y ácaros, además siempre tenemos la almohada en contacto directo con el rostro, lo que puede hacer que suframos infecciones muy rápido. Así que aconsejamos una almohada que transpire, y a su vez tener en cuenta la ventilación e higiene de la misma.

Hay personas que son capaces de dormir de costado sin almohada pero a la larga esta práctica puede causar dolores en el cuello y cervicales puesto que se verán sometidos a mucha tensión. Es importante mantener una buena posición para no hacer sufrir a nuestras vértebras.

Así que nuestra almohada debe ser más o menos gruesa dependiendo de la posición que adoptemos para dormir, y también del tamaño de nuestra espalda o anchura de hombros, una almohada no debe ser igual para personas deportistas con la espalda musculada que para personas muy delgadas o con sobrepeso, por ejemplo. De modo que para llevar a cabo la elección de una almohada déjense aconsejar por un especialista que les ayude a escoger la mejor opción, acorde con su colchón, su postura para dormir, y su cuerpo.