No se sabe quien inventó el colchón pero le debemos un monumento de los más grandes.

A lo mejor fue alguien cansado de la incomodidad que representa dormir en el suelo o a lo mejor algún prehistórico que se percato que la paja o la hierba eran mas cómodos que las piedras. De una manera u otra los colchones se popularizaron ya sí nació el oficio de colchonero, del cual se encuentra documentación en el «consell de cent en Barcelona «a partir del 1320 y en el año 1433 los que trabajaban en este sector obtuvieron el monopolio profesional.

En parte gracias a esto este oficio experimento un crecimiento importante a principios del siglo XVI Hasta el siglo XX el gremio de colchoneros ha conservado una estructura corporativa muy importante. A pesar de ello la industria a entrado con fuerza desde hace décadas en la fabricación de colchones. De lana, de muelles , de agua, de crin de caballo, o de látex…… mil y una posibilidades para uno de los inventos mas importantes en nuestra vida cotidiana, recordad que forma parte de un tercio de nuestra vida.

«Las personas no duermen como un tronco, se mueven y dan vueltas de 20 a 40 veces cada noche consiguiendo así relajar sus músculos».

Con estas palabras Zalton Simmons consiguió ventas millonarias de su colchón de muelles ensacados en Estados Unidos en 1929. Anteriormente por su carácter artesanal y elevado coste solo se utilizaba en Hoteles prestigiosos como el Ritz y en trasatlánticos como el Titanic.

En la actualidad los colchones de calidad, están diseñados para favorecer la salud de los usuarios, a través de los materiales utilizados y la adaptación ergonómica del cuerpo. Para eso, se tiene que cumplir toda una serie de condiciones. Una de las mas importantes además de que los colchones sean de calidad, es que se adapten perfectamente a las formas y el peso de las partes del cuerpo. Por su mayor peso, necesitaran un soporte especial la zona de hombros y caderas.

Uno de sus objetivos es en consecuencia, la adaptación de una postura anatómica correcta.

El ancho de la cama, individual para permitir un movimiento suficiente, no ha de ser menor de 90cm. La cama doble ha de ser por tanto, de 185-190cm.
Aunque duerman dos personas juntas, la función ha de ser totalmente individualizada, teniendo en cuenta que puede existir una diferencia de peso notable entre la pareja.

Para valorar la dureza o suavidad del colchón puede realizar el siguiente test:
Si tumbado en la cama boca arriba puede pasar la mano por debajo de la zona lumbar es que el colchón es demasiado duro, si por el contrario tiene mucha dificultad para pasar la mano por debajo de la zona lumbar o bien le cuesta mucho girarse, posiblemente el colchón es demasiado blando.

Finalmente un colchón de estas características tiene que estar prácticamente confeccionado de manera artesanal y en consecuencia se le ha de exigir que mantenga integras sus propiedades al menos durante 10 años